El pasado 20 de octubre los religiosos agustinos, los sacerdotes de la diócesis de Chosica, encabezados por su obispo, monseñor Norberto Strotmann, y un nutrido grupo de fieles, celebraron la Misa de acción de gracias tras la apertura del proceso de canonización del Siervo de Dios, el agustino Serapio Rivero.
El camino del “padre Riverito” hacia los altares, apelativo cariñoso con el que se referencia a aquel religioso que hizo arder los corazones en nombre del Señor, sigue, a día de hoy, despertando el fervor de una comunidad que confía en el buen desenlace del proceso que llevaría a incorporar a un nuevo santo a la familia agustina.
El padre Josef Sciberras, Postulador General de la Orden de San Agustín, se trasladó hasta Perú en este arranque del proceso de canonización, destacando la vida y obra del padre Riverito; un apóstol entregado a Dios, al servicio de la Iglesia y de la Orden.
Etapas del proceso
La primera etapa del proceso constó de una investigación preliminar sobre la fama de santidad de Rivero. En el año 2020 se pidió la transferencia del foro desde la Arquidiócesis de Lima, donde murió el padre Riverito, a la diócesis de Chosica, centro de devoción hacia él.
Ya en 2021, monseñor Norberto Strotmann, abrió definitivamente el proceso. Posteriormente, tanto la Conferencia Episcopal del Perú como el Dicasterio para la Causa de los Santos en el Vaticano, dieron sus opiniones favorables para continuar con el proceso y constituir el Tribunal que ha de juzgar los méritos del sacerdote agustino.
Un compartir muy cercano
Una vez finalizada la primera sesión, se invitó a los fieles a las instalaciones del colegio Santa Rosa de Chosica, en donde el Padre Riverito prestó servicio por muchos años, para recorrer la muestra fotográfica y realizar un compartir fraterno.