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Foto del escritorRicardo Morales Jiménez

Inteligencia Artificial y sinodalidad: conversamos con monseñor Cadenas tras el curso de obispos

Actualizado: 3 oct 2023

A lo largo de la segunda semana del mes de septiembre tuvo lugar, en el Colegio San Pablo de Roma, el curso de formación para los nuevos prelados en territorios de misión


Organizado por el Dicasterio para los Obispos, en colaboración con el Dicasterio para la Evangelización, 125 obispos provenientes de Asia y África -salvo tres prelados venidos de Hispanoamérica-, pudieron abordar durante estas jornadas temáticas muy diversas. A saber: desde los desafíos de la Inteligencia Artificial en el reto evangelizador hasta el ministerio del obispo en el contexto del camino de la Iglesia en el mundo; pasando por asuntos de actualidad como “el gobierno pastoral de los obispos en una Iglesia sinodal”, “el servicio al Pueblo de Dios”, “la Comunión católica con todas las Iglesias” o “la identidad sinodal del obispo en una Iglesia sinodal”.


En palabras de monseñor Miguel Ángel Cadenas Cardo OSA, vicario apostólico de Iquitos, quien desde mayo de 2021 está encargado de pastorear este territorio eclesiástico en la selva amazónica, “fue una profunda experiencia de catolicidad”.


El cambio de “dinámicas”


“Hemos podido apreciar cómo la Iglesia está organizándose para llegar a territorios donde antes era más complicado estar”, apunta el padre Miguel Ángel. “Lo que veo es una implantación cada vez más fuerte de la Iglesia, sobre todo en África y en Asia, con un gran crecimiento de católicos, lo que significa un escenario completamente distinto. Creo que en las próximas décadas la Iglesia de estos territorios va a ser mucho más fuerte que la Iglesia europea, y eso, necesariamente, va a cambiar ciertas dinámicas”.


Acompañado por Paolo Ruffini, prefecto del Dicasterio para las Comunicaciones Sociales, el P. Miguel Ángel compartió con la oficina de comunicación de la Curia General las preocupaciones y oportunidades de la Inteligencia Artificial, cuya irrupción en los últimos años está resultando decisiva en ámbitos como las telecomunicaciones, la educación o la política.


“Recuerdo que un obispo africano le planteó algo al Prefecto que me resultó muy interesante. Venía a decir: `Bueno, nosotros vivimos situaciones dramáticas y para nosotros es más importante atender al sufrimiento que a la inteligencia artificial´. Y su contestación fue: `No se puede negar eso. Pero la inteligencia artificial sigue afectando a aquellos territorios que incluso no tienen todavía cobertura de teléfono”. “Honestamente - prosigue el P. Cárdenas- creo que este es un gran desafío para la Iglesia. Y desde luego me impacta la claridad con que están abordando este tema, porque incluso Francisco ya ha anunciado que la Jornada Mundial de la Paz del 1 de enero del 24 será precisamente sobre el tema de la IA”.





Sobre el camino hacia el Sínodo


Al ser preguntado sobre uno de los temas candentes en la vida de la Iglesia -las vocaciones-, el P. Miguel Ángel nos contó que en este último curso de obispos organizado por la Santa Sede, se pudieron constatar los intentos “de implementar un nuevo diálogo, buscando formas de colaborar”, ante “el desplome” del número de aquellos que dicen sí al Señor. “En los últimos diez años, en América Latina, han bajado de golpe. Creo que un tema de fondo que debemos plantearnos es no sólo cuántas vocaciones tenemos, sino para qué tipo de iglesia. No es simplemente `vamos a tener sacerdotes´ sino que necesitamos sacerdotes para una Iglesia sinodal”.


Precisamente a propósito del Sínodo de los Obispos que en apenas unos días dará su pistoletazo de salida, el vicario apostólico de Iquitos nos recuerda las palabras de San Juan de Crisóstomo cuando decía que “Iglesia y Sínodo eran, prácticamente, sinónimos”. “Creo que debemos seguir avanzando en esta línea que ha marcado el Papa Francisco”, asegura el P. Miguel Ángel. Sin embargo, nos apunta este agustino que “tiene la sensación de que una gran parte del pueblo de Dios no se siente representado en este tema de la sinodalidad, lo que supone una gran cuestión”. “De este Sínodo lo que espero es que podamos conversar todos en la Iglesia, que podamos llegar a algunos acuerdos mínimos pero, sobre todo, espero que sea la posibilidad para seguir profundizando, porque un sínodo no es simplemente un evento que está ahí, sino que es un proceso. Ojalá sirva para que la Iglesia entre en este espacio sinodal (y esto significa poner en práctica la participación en la Iglesia), en la subsidiaridad y en todos los demás principios que son fundamentales en la vida de la Iglesia”.


El trabajo de la Orden en Iquitos


A propósito de su nueva tarea encomendada por el Santo Padre para el Amazonas peruano y su evangelización, el P. Miguel Ángel nos narra cómo la Orden de San Agustín lleva “120 años haciendo posible que se genere una iglesia local”. En este sentido, nos cuenta el vicario apostólico, “la Orden ha sido muy generosa con la iglesia diocesana pues todas las parroquias que hay y todas las infraestructuras existentes, como los colegios parroquiales, edificados por los agustinos, han pasado a manos del Vicariato, aunque todavía los agustinos siguen llevando algunos templos”. Hecho, según nos cuenta el P. Miguel Ángel, que irá cambiando poco a poco en favor de la gestión y administración de los sacerdotes diocesanos. “Lo que hay que hacer es sacar adelante esa iglesia local, y para eso es muy importante no centrarnos exclusivamente en los religiosos y en los sacerdotes, sino preparar laicos que puedan llevar adelante la evangelización, que es algo que hemos hecho siempre los agustinos, al menos desde el Concilio Vaticano II. Necesitamos seguir apostando por laicos que estén bien formados para que puedan llevar adelante las comunidades cristianas”.



Misión, trato y comprensión de la realidad de los pueblos indígenas y los contratiempos a los que se enfrentan -como el extractivismo-, visitar las parroquias y a los fieles, erradicar y atender los casos de abusos, atender a los más vulnerables… Tareas todas ellas que ocupan el día a día de monseñor Cárdenas en su trabajo como obispo agustino en un lugar “altamente conflictivo”. “No podemos perder la mirada de sabernos en un territorio de misión donde tenemos que proclamar la Buena Nueva. El conflicto forma parte de la vida diaria, por lo que no nos es ajeno. Entonces, la labor que nos toca, es anunciar a Jesucristo en medio de esos conflictos. Es difícil, delicado y ojalá podamos acertar”.


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