El nuevo Secretario General de la Organización de los Agustinos de Latinoamérica y el Caribe, el P. Màrcio Antonio Vidal de Negreiras, nos cuenta al detalle cuáles han sido los puntos a tratar durante la última asamblea celebrada en la Provincia de Michoacán durante los últimos días de abril
La Organización de los Agustinos de Latinoamérica y el Caribe (OALA) celebró en abril de este año sus 54 años de historia y misión. En esta ocasión y contexto, acogidos fraternalmente por la Provincia de Michoacán, entre los días 24 y 28 de abril, se realizó la XX Asamblea General de OALA, en Moroleón – México. Participaron de esta Asamblea General los Superiores Mayores de las circunscripciones del continente latinoamericano y caribeño, los Delegados de Base de las Provincias, Vicariatos y Federaciones, el Prior General, el Asistente General para América Latina, el Secretario General de OALA y los miembros de la Directiva; además de algunos invitados como Monseñor Luis Marín de San Martin, el Padre Miguel Ángel Keller y la Sra. Hersilia Flye; representante de los Laicos de Latinoamérica junto a la Orden, y el Padre Tony Pizzo; Prior Provincial de la Provincia de Chicago.
¿Cómo funciona la OALA?
Cada cuatro años los agustinos del continente se reúnen para evaluar las actividades y proyectos desarrollados en las diversas áreas y comisiones técnicas. También para elegir un nuevo Secretario General y un nuevo equipo de coordinadores que componen la llamada directiva de la Organización. A su vez, este encuentro es una ocasión para planear nuevas líneas de acción en los distintos campos del apostolado agustiniano.
Los objetivos principales de OALA están cimentados sobre una triple misión señalada en los Estatutos.
En primer lugar, la Misión Crítica por la se revisa la presencia global de los agustinos en América Latina. La Misión Crítica consiste en presentir las grandes corrientes de la sociedad con espíritu profético para posibilitar a la Orden servir mejor y adaptarse a los cambios irreversibles. Es al mismo tiempo una denuncia a lo que nos está impidiendo ser fieles a nuestra radical vocación liberadora.
En segundo lugar, la Misión de Animación en el régimen de la comunión, tratando de sembrar, de estimular, de apoyar, de orientar toda nuestra vida a la relación viva con la Iglesia y con las iglesias locales.
En tercer lugar, la Misión de Coordinación aglutinando fuerzas, uniendo más allá de las limitaciones y circunscripciones jurídicas a todos los hermanos de América Latina y el Caribe. Y todo en aras a servir a la tarea común de la Iglesia, a la que hemos sido llamados, guardando el equilibrio entre nuestra interna comunicación familiar y la comunicación encarnada que nos exige nuestra Iglesia y nuestros ambientes específicos.
Partiendo de esta triple misión, los coordinadores de las áreas de Educación, Formación Inicial y Permanente, Pastoral Urbana y Misionera, Animación Juvenil y Vocacional, Justicia y Paz y las comisiones técnicas de Historia, Comunicación y Espiritualidad y Animación Continental, eligen propuestas y proyectos de acción que deben estar integrados y que promuevan la dinamización del apostolado agustiniano en los diversos espacios en donde estamos presentes.
¿Cómo han sido estos últimos años de la OALA?
El último cuadrienio estuvo marcado por los desafíos y nuevos retos que surgieron con la pandemia de la covid-19, lo que limitó la realización de muchos proyectos y actividades programados. Por otra parte, la pandemia aceleró algunos cambios y avances tecnológicos que posibilitaron mayor cercanía por medio de encuentros, reuniones, cursos y celebraciones realizadas de modo telemático, disminuyendo las distancias y las fronteras. Pasado el período más crítico de la pandemia, fue posible la realización de algunas actividades presenciales y cumplir con parte de las acciones previstas.
En esta XX Asamblea fueron presentadas diversas reflexiones y temas que hablan sobre nuestra vida y misión como agustinos. Entre estas cuestiones estuvo encima de la mesa la realidad mística de las comunidades agustinianas, el trabajo en comunión, la disminución de actos comunes en muchas comunidades y la predominancia del apostolado y la misión donde, a veces por excesiva, genera cansancio y falta de discernimiento común.
Del mismo modo ha estado encima de la mesa la apertura para vivir la sinodalidad ante los individualismos que nos constriñen, asumiendo siempre el reto de caminar juntos y en apertura permanente hacia los Laicos.
Sobre la “preocupación” por la falta de vocaciones y los Laicos en la Orden
La realidad en la Orden -que no es diferente en América Latina- revela la fragilidad de algunas circunscripciones y comunidades. Esto supone un desafío a la hora de buscar una renovación de la Vida Religiosa. Nos preocupa la disminución de las vocaciones y los fuertes cambios de valores. Estos son desafíos para la formación. Es necesario el fortalecimiento de los profesorios para garantizar una auténtica experiencia de vida comunitaria y conocer más a san Agustín y sus obras. Otro tema reflexionado a la luz del Sínodo de los Obispos fue sobre los elementos de sinodalidad presentes en la Orden y sobre el camino a hacer en materia de comunión, participación y misión en Latinoamérica.
Del mismo modo, se hizo un recordatorio del proceso histórico del Proyecto de Revitalización de la Orden en América Latina y se votó por la continuidad del proceso con una nueva estructura, propuesta y metodología. Hubo, además, un espacio de presencia, representatividad y reflexión sobre la realidad, estructura y organización de las Fraternidades Agustinas Seculares (FAS) en el continente. Se presentaron también informes estadísticos sobre el funcionamiento de las Fraternidades y los laicos agustinos que están ligados a la Orden.
Cabe destacar que fue votada y aprobada la creación de una nueva área para acompañamiento, animación y fortalecimiento de las Fraternidades Seculares; igualmente la creación de una nueva comisión técnica para fortalecer, animar e incrementar la Formación Permanente en el continente.
Como ocurre cada cuatro años, la Asamblea General de OALA elige un nuevo Secretario General y una nueva Directiva que se encargan de recoger las reflexiones, el sentir de la asamblea, las preposiciones votadas y los proyectos propuestos y prepara un plan de acción a ser implementado y desarrollado en el período que se está iniciando. Para esto, la nueva directiva se reunirá en el mes de julio, en la ciudad de Quito – Ecuador, donde está la sede y el archivo histórico de OALA. En esta primera reunión se definirán las líneas de trabajo, se organizarán varias fechas y eventos promovidos por cada área de acción y comisiones técnicas, se presentará una nueva propuesta de trabajo y metodología para un nuevo proyecto de revitalización de la Orden y se hará una revisión de los estatutos.
En la escucha atenta del Evangelio
Como agustinos presentes en Latinoamérica y el Caribe seguimos en la escucha atenta al Evangelio y a los signos de los tiempos, renovando nuestro compromiso y fidelidad a la evangélica opción preferencial por los pobres y marginados, por la juventud y por los laicos que caminan, apoyan, colaboran y participan de nuestro carisma y misión. Nos sentimos llamados a ser signos de esperanza y comprometidos, desde nuestro apostolado comunitario, con las grandes causas de nuestro tiempo: la justicia y la paz, el cuidado de la creación y la defensa de la vida en donde se encuentra amenazada.